El primer libro que publicaré será:
lunes, diciembre 22, 2014
lunes, noviembre 10, 2014
Agradecimiento
MENSAJE DE CUMPLEAÑOS 25, Luis
Fernando Gil, 19 de mayo de 2012
¿Q
|
ué diferencia un año de otro? ¿Cuál es
la razón para que celebremos cada vuelta de esta nave espacial en la que vamos
a 108000 kms por hora por el espacio, alrededor de nuestra estrella
solar?
Relativamente es muy poco... una vida
humana equivale a unas 70 vueltas espaciales en la tierra... quiere decir
también el anterior planteamiento, que ya he usado una tercera parte de mis
vida -suponiendo que muera de vejez- básicamente en aprender conocimientos
prácticos para ahora sí, expresarme exponencialmente y llegar a descubrir-con
su ayuda, como Sherlock Holmes, las pistas o conexiones del universo- para ser
todo lo que puedo ser y alcanzar mi máximo potencial, para que dejemos un
camino a quien venga tras de nosotros...
Cada 4 años, se renuevan los 100
trillones de células que tengo... los millones de átomos que conforman mi
estructura física el día de hoy no existían a mis 20 años, cuando iba por la
cuarta parte de mi existencia... Es decir, no tengo ni una partícula del bebé
que algún día fui... y sin embargo, a pesar de que no soy materia, tengo
recuerdos y vivencias de hace más de 10 años... por una extraña razón los
recuerdos anteriores me abandonan... Ya no tengo ni un quark del Luis Fernando
que fui a mis 14 años cuando escribí mi primera novela, no obstante, sigo
siendo el mismo Luisfer... en versión mejorada... como el vino añejo que
mientras más se fermenta más dulce está...
Cumplir un Cuarto de Siglo es un
Prodigio... de los 100 millones de seres humanos que en el mundo han nacido más
de la mitad murió sin lograrlo... ¿sabemos de ellos? ¿Han dejado vestigios?
¿Son históricos? ¿Vale la pena intentarlo?
Hoy día nos encontramos reunidos en
comunión para celebrar una vuelta más... una Gran Oportunidad para compartir
conocimientos, alegrías y muchos éxitos...
A lo largo de mi vida he estado rodeado
por muchísimas personas: compañeros de estudio en la escuela y en el
bachillerato; amigos de barrio, primos y conocidos de la infancia y
adolescencia... muchas personas de Herbalife y de Facebook, incluso algunos
compañeros de la carrera en mis primeros años, por allá en 2006; no obstante,
afirmo -sin temor a equivocarme- que ustedes han marcado la diferencia... que
han sido parte importante de la persona que hoy soy y que seguramente
continuarán en el camino por muchos años más...
Quisiera mencionarlos uno por uno y
caracterizarlos, pero no tengo tiempo,el almuerzo ya es en 45 minutos, esa esa
una tarea que haré un por uno...
Gracias todo su aprecio, cariño, afecto
y amistad.
Por último, quiero compartirles un
poema que definitivamente me ha marcado y que es dirección en mi búsqueda
personal.
"Por un extraño poder inmortal,
todas las cosas,
cercanas o lejanas,
están ligadas entre sí;
así que no pretendas…
arrancar una flor
sin perturbar las estrellas".
Francis Thomson
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miércoles, julio 23, 2014
LA MISA HA TERMINADO DE GUSTAVO ÁLVAREZ GARDEAZÁBAL
Luis Fernando Gil Monsalve[1]
Historiador
Cronista de de los periódicos EPICENTRO y LA CALLE,
las revistas EGOCITY MAGAZINE y CONEXIÓN.
Consejero de Cultura, Medellín-Colombia
lufergil1987@gmail.com
“Un libro debe hurgar en las heridas, provocarlas incluso. Un libro debe ser un peligro” Emil Ciorán
El último libro del polémico escritor vallecaucano Gustavo
Álvarez Gardeazábal, La misa ha terminado
(Ite missa est), está en el ojo del huracán desde su lanzamiento oficial
hace poco más de tres meses, y es que desde aquel primero de febrero pasado no
ha dejado una semana sin provocar escándalo y controversia. Para muestra, su
provocadora e irreverente novela puntea el ápice de los libros más vendidos en
el país, por más de 8 semanas consecutivas.
Aún sin leer el libro, ya se rumoraba para finales
de enero, que una hecatombe de proporciones bíblicas se venía contra la Iglesia
Católica; que centuria tras centuria de sodomía finalmente iba a destaparse, y que
finalmente este prolífico autor se las iba a cobrar completas a la Iglesia,
como lo hizo Fernando Vallejo con su
obra La puta de Babilonia.
Pues bien, por las redes sociales seguí el lanzamiento de La misa desde
Cartagena, ya que a pesar de ser promocionado en pleno Hay Festival, éste nunca ha invitado al autor de Cóndores no entierran todos los días; contrastando
con el protocolo del evento paralelo, el escritor llegó al restaurante El portón de San Sebastián (santo
patrono de los homosexuales) vestido con una colorida papayera, mientras al son
de la música, hombres en zancos, malabaristas y piromaníacos que escupían llamas
desfilaban ante cientos de curiosos e invitados. Muchos de los cuales
recibieron uno de los más de 500 ejemplares que el novelista destinó para
regalar esa noche. ¡Qué hubiera dado por estar ahí! No obstante, le escribí al
autor felicitándolo por su proeza y sin conocerme, me envió a vuelta de correo
un ejemplar autografiado.
Este tulueño pintó una historia de poder, amor y
muerte en los escenarios más sagrados de occidente, dentro de la jerarquía
eclesiástica, rompiendo tabúes y paradigmas que la Iglesia ha conservado contra
todo pronóstico como misterios teologales.
Muchos colombianos estarán identificados con el
lenguaje directo y sin tapujos que utiliza Gardeazábal. Llamando las cosas por
su nombre, entreteje varias historias, -viajando y regresando en el tiempo a su
antojo-, para presentar la vida de dos curas homosexuales que contratan un
sicario, ante su incapacidad de continuar una vida con Sida, hecho histórico
que escandalizó al país en 2012, de donde seguramente tomó este literato este
par de personajes; la historia del Cardenal colombiano Casimiro Rangel que
asciende escalones dentro de la Iglesia haciéndole sexo oral al clero alemán, y
la de su compañero y apoyo y médico personal; finalmente, unida a la historia
del obispo de Argentina, Antonio Viazza (¿el Papa Bergoglio?) que al contrario
de Casimiro persigue dentro de su jurisdicción a todos los sacerdotes
aflautados.
Hace un par de meses le pregunté a un amigo
seminarista sí era cierto que el 50% de los curas eran homosexuales, éste
sorprendido me relacionó: ¡Hum! Luisfer, por ahí pasó la cuenta… yo diría que
el 80%...
Finalmente, para no dañarles el final de la
historia, les invito a leer el libro, para que se enteren cómo en un universo
paralelo un Cardenal colombiano logró traer al Señor de los Milagros de Buga al
Papa Benedicto XVI y cómo se perfiló para ser el primer Papa colombiano, y su
trágico final. Sólo les cuento que desde que leía Harry Potter y El Señor de
los anillos a mis catorce años no me leía una obra tan asiduamente, la que
terminé en un par de días.
Esta obra publicada cuidadosamente por Ediciones
UNAULA la dedicó el literato así: “A la memoria de Fernando Molano, el gran escritor
que iba a tener este país”, autor reconocido por escribir Un beso de Dick y de forma
póstuma Vista desde una acera, dos
textos homoeróticos de la realidad colombiana.
Para el autor es destacable el hecho de que algunas
universidades están usando su obra para investigaciones, como la Luis Amigó y
aparte de los muchos reportajes en toda suerte de periódicos y publicaciones su
misa ha sido embrión para otros libros como La
misa de Gardeazábal ¿genialidad o blasfemia?, por Joan Manuel Largo,
historiador que hizo el comentario de contraportada: “Desde los días de la
hegemonía del culto católico, el libro nos trae hasta hoy,, donde el impulso
vital de muchos siervos de dios no es la vocación sino el goce del cuerpo.
Quienes puedan leer el libro (aquellos que lleguen a la última página sin el
deseo de armar una hoguera y arrojarlo allí) no podrán negar su rigor. La
novela es un retrato exacto y atrevido, mordaz y sincero: sólo la muerte
purifica el pecado.”
El último libro del polémico escritor vallecaucano Gustavo
Álvarez Gardeazábal, La misa ha terminado
(Ite missa est), está en el ojo del huracán desde su lanzamiento oficial
hace poco más de tres meses, y es que desde aquel primero de febrero pasado no
ha dejado una semana sin provocar escándalo y controversia. Para muestra, su
provocadora e irreverente novela puntea el ápice de los libros más vendidos en
el país, por más de 8 semanas consecutivas.
Aún sin leer el libro, ya se rumoraba para finales
de enero, que una hecatombe de proporciones bíblicas se venía contra la Iglesia
Católica; que centuria tras centuria de sodomía finalmente iba a destaparse, y que
finalmente este prolífico autor se las iba a cobrar completas a la Iglesia,
como lo hizo Fernando Vallejo con su
obra La puta de Babilonia.
Pues bien, por las redes sociales seguí el lanzamiento de La misa desde
Cartagena, ya que a pesar de ser promocionado en pleno Hay Festival, éste nunca ha invitado al autor de Cóndores no entierran todos los días; contrastando
con el protocolo del evento paralelo, el escritor llegó al restaurante El portón de San Sebastián (santo
patrono de los homosexuales) vestido con una colorida papayera, mientras al son
de la música, hombres en zancos, malabaristas y piromaníacos que escupían llamas
desfilaban ante cientos de curiosos e invitados. Muchos de los cuales
recibieron uno de los más de 500 ejemplares que el novelista destinó para
regalar esa noche. ¡Qué hubiera dado por estar ahí! No obstante, le escribí al
autor felicitándolo por su proeza y sin conocerme, me envió a vuelta de correo
un ejemplar autografiado.
Este tulueño pintó una historia de poder, amor y
muerte en los escenarios más sagrados de occidente, dentro de la jerarquía
eclesiástica, rompiendo tabúes y paradigmas que la Iglesia ha conservado contra
todo pronóstico como misterios teologales.
Muchos colombianos estarán identificados con el
lenguaje directo y sin tapujos que utiliza Gardeazábal. Llamando las cosas por
su nombre, entreteje varias historias, -viajando y regresando en el tiempo a su
antojo-, para presentar la vida de dos curas homosexuales que contratan un
sicario, ante su incapacidad de continuar una vida con Sida, hecho histórico
que escandalizó al país en 2012, de donde seguramente tomó este literato este
par de personajes; la historia del Cardenal colombiano Casimiro Rangel que
asciende escalones dentro de la Iglesia haciéndole sexo oral al clero alemán, y
la de su compañero y apoyo y médico personal; finalmente, unida a la historia
del obispo de Argentina, Antonio Viazza (¿el Papa Bergoglio?) que al contrario
de Casimiro persigue dentro de su jurisdicción a todos los sacerdotes
aflautados.
Hace un par de meses le pregunté a un amigo
seminarista sí era cierto que el 50% de los curas eran homosexuales, éste
sorprendido me relacionó: ¡Hum! Luisfer, por ahí pasó la cuenta… yo diría que
el 80%...
Finalmente, para no dañarles el final de la
historia, les invito a leer el libro, para que se enteren cómo en un universo
paralelo un Cardenal colombiano logró traer al Señor de los Milagros de Buga al
Papa Benedicto XVI y cómo se perfiló para ser el primer Papa colombiano, y su
trágico final. Sólo les cuento que desde que leía Harry Potter y El Señor de
los anillos a mis catorce años no me leía una obra tan asiduamente, la que
terminé en un par de días.
Esta obra publicada cuidadosamente por Ediciones
UNAULA la dedicó el literato así: “A la memoria de Fernando Molano, el gran escritor
que iba a tener este país”, autor reconocido por escribir Un beso de Dick y de forma
póstuma Vista desde una acera, dos
textos homoeróticos de la realidad colombiana.
Para el autor es destacable el hecho de que algunas
universidades están usando su obra para investigaciones, como la Luis Amigó y
aparte de los muchos reportajes en toda suerte de periódicos y publicaciones su
misa ha sido embrión para otros libros como La
misa de Gardeazábal ¿genialidad o blasfemia?, por Joan Manuel Largo,
historiador que hizo el comentario de contraportada: “Desde los días de la
hegemonía del culto católico, el libro nos trae hasta hoy,, donde el impulso
vital de muchos siervos de dios no es la vocación sino el goce del cuerpo.
Quienes puedan leer el libro (aquellos que lleguen a la última página sin el
deseo de armar una hoguera y arrojarlo allí) no podrán negar su rigor. La
novela es un retrato exacto y atrevido, mordaz y sincero: sólo la muerte
purifica el pecado.”
[1]
Ganador del Concurso Leamos la Ciencia para Todos, 2004-2006, del Fondo de
Cultura Económica, Categoría Reseña Crítica.
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domingo, julio 20, 2014
La ladrona de libros
“Un libro debe hurgar en las heridas, provocarlas incluso; un libro debe ser un peligro” Emil Ciorán
Tanto el libro como la película “La ladrona de
libros” inicia y termina con una narradora muy peculiar, una voz que en
ocasiones simula omnipresencia y potestad absoluta sobre la vida y la muerte;
tuve que verla dos veces, prestándole más atención, para enterarme que no era
Dios sino que era el Ángel de la Muerte quien se encariñó con la vida de
algunos de sus sometidos.
Esta obra maestra de la sensibilidad humana
inicia la película con una vos que habla desde la oscuridad, mientras se va
aclarando el cielo lleno de nubes hermosas nos habla casi al oído, con una
confianza como sí nos conociera, diciéndonos: “Usted va a morir… es una realidad, por más que intente evadirlo… así
que mi consejo –para cuando llegue el momento- es: No se alarme”. Esta
misma voz cierra la película.
CONTEXTO
El contexto histórico de la trama dura
aproximadamente 8 años. Desde febrero de
1938, día en que Liesel, la protagonista abandona el tren en el que llega con
su madre, con su hermano muerto a su nueva familia y el fin de la segunda
guerra mundial, en 1945 cuando Alemania es invadida por Estados Unidos.
Aunque la guerra no es el centro de la
historia, es imposible aislar la cinta de los sucesos durante la segunda guerra
mundial. Una Alemania fortalecida con un nazismo desbordante y creciente. Un
pueblo fuerte que está a punto de invadir a Rusia, según la escena en la que
Max, un judío que protege su nueva familia, puede leer el periódico y se entera
de las noticias.
El director de la cinta, junto con su equipo de
montaje, arte y fotografía, elabora su ópera prima con mucho cuidado, teniendo
en cuenta los detalles históricos como
La Noche de los vidrios rotos, en Noviembre de 1938, donde más de 1000
sinagogas fueron quemadas, más de 7000 negocios de los judíos saqueados y se
calculan unos 30.000 judíos arrestados solo por el delito de ser judíos; y creando
una escena de contrastes apabullantes que inicia con un coro bello y
organizado, que canta un himno en honor a Hitler y al nazismo, mientras que los
vidrios de las calles alrededor se vuelven añicos y las dos escenas se mezclan
con gran elocuencia.
ARGUMENTO
Según las críticas el guion para este
película se trabajó muy de cerca con el escritor del libro, para que fuera
exacto y ajustado a lo que pretendía el escritor australiano Markus Zusak,
quién lo publicó en 2005 y en 2009 estaba por más de 105 semanas en la lista best seller del New York Times.
Esta jovencita descubre el amor a los libros
desde que su padre le enseña a leer. El argumento cinematográfico le da mucha
importancia a ciertos diálogos que son fuertes y abrumadores, puestos en el
momento correcto, con el objetivo de ponernos a pensar. Inicialmente, la esposa
del alcalde donde vive le presta su biblioteca personal y ella descubre todo un
mundo de palabras, significados y pasiones en sus libros, cuando se le niega el
acceso a esa biblioteca, se le ocurre tomarlos prestados y se convierte en una
cleptómana intelectual y sabia.
En abril de 1939, en el cumpleaños de Hitler,
fiesta nacional alemana, se hace una pila de varios metros de libros, la cual es
incinerada mientras se canta, se gritan vivas a la Nación, a su Führer y al
final de la hoguera de libros, Liesel recupera un ejemplar de El hombre
invisible de H. G. Wells, escritor inglés, que se vuelve su tesoro, junto con
lo único que le quedó de su hermano que era un libro llamado Manual del
Sepulturero.
EL GUIÓN
Los diálogos son de una riqueza exquisita, ya
dije que son usados en los momentos exactos durante el hilo conductor de la
trama, y se convierten en un arma poderosa:
“Una persona sólo
es tan buena como su palabra”.
“Fue mi culpa que
Max esté enfermo, porque yo fui la que tuve la idea de entrar nieve a su sótano…
¿por qué lo hicimos? Su padre le responde: Porque
teníamos que hacerlo”.
“Morimos
de hambre y tú robando libros” Le dice Rudy Steiner, su níveo amor y mejor
amigo, añadiendo: “¿Se te ocurrió mirar
en la cocina?
“La memoria es el
escribano del alma”
Aristóteles.
“¿Qué fue lo que
hizo? Le recordó a las personas sobre su humanidad”.
“¡No me has
perdido Liesel! Le
dice Max, el judío que protegían en el sótano, enfatizando: “Siempre podrás encontrarme en tus palabras…
Ahí es donde viviré”.
ARTE Y FOTOGRAFÍA
Esta película es capaz de sacarle lágrimas a
cualquier ser humano, que se deje tocar su corazón. Más allá de la historia o
del hecho de entretener, la fotografía y el arte se conjuga con la música para
tocar las fibras del alma y sentir el dolor ajeno como si fuera propio.
Cualquier persona puede identificarse
fácilmente con sus personajes. Los encuadres y emplazamientos son correctos, a
mi forma de ver, sin ser crítico profesional de cine, la iluminación y los
paisajes son de gran belleza y el ambiente es muy artístico.
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lunes, junio 16, 2014
Última Reseña
Hola!
Les comparto mi última reseña crítica, publicada en Ego City Magazine esta semana páginas 24 y 25, sobre la polémica novela de Gardeazábal, La misa ha terminado:
http://www.egocitymgz.com/revista/edicion2/revista-4.html
Les comparto mi última reseña crítica, publicada en Ego City Magazine esta semana páginas 24 y 25, sobre la polémica novela de Gardeazábal, La misa ha terminado:
http://www.egocitymgz.com/revista/edicion2/revista-4.html
Saludos
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domingo, junio 08, 2014
Breve comentario sobre Áddelos Magnomé y la pirámide solar
QUERIDOS AMIGOS, LECTORES E INTERESADOS EN MI OBRA:
Esta novela que escribí hace más de 10 años se publica en el segundo semestre de 2014.
Les comparto, a modo de reseña o comentario, las palabras de un gran lector e historiador colombiano:
Para comenzar hay que decir que yo conozco muy poco (más bien nada) acerca del tipo de literatura donde muchos podrían ubicar tu novela. Quizás "Literatura fantástica". Sin embargo el gran aprecio que tengo por ti me ha llevado a tomarme el atrevimiento de hacer un pequeño comentario sobre ésta historia que me parece sumamente interesante y bellamente tejida.
Los acontecimientos, en Áddelos Magnomé y la Pirámide Solar, se suceden con una rapidez increíble; nos encontramos en la primera página a un chico de catorce años triste y desconcertado, y apenas unos cuantos párrafos más adelante lo vemos metido en un viaje de aventura para que le sea encomendada una gran misión. Lo importante es que esa velocidad con que transcurre la historia le da una gran versatilidad a lo que se cuenta, de modo que en un abrir y cerrar de ojos se encuentra uno sumergido en la sorpresa del protagonista en su descubrimiento de un nuevo mundo.
Áddelos no es un chico cualquiera, es uno que habita nuestro país, que conoce los olores, paisajes, animales y plantas que se esconden tras la palabra Colombia. Ese, creo yo, puede ser uno de los grandes méritos del libro: ser capaz de tratar un tema fantástico pero aterrizándolo a una experiencia concreta, mostrándolos que lo universal toma nuevas dimensiones y significados al pasarlos por el filtro de una experiencia concreta. Eso se puede ver en la pág. 44 donde he encontrado una de las mejores descripciones de un desayuno colombiano, con aguapanela y chocolate, con arepa, esa "masa de maíz, que se cocinaba y luego amasaba sobre una brasa o fogón" (p. 44). Es decir todo ese colorido de una mesa latinoamericana frente a la palidez insípida de unos cereales y un jugo de naranja.
En las descripciones del mundo que poco a poco descubrimos con el asombro del personaje principal, brilla una pura y acertada manera de entender la realidad. Áddelos no entiende como algunas personas buscan destruir ese mundo que apenas empieza a conocer para reemplazarlo con unas "máquinas estridentes" de las que ya conoce en su antiguo mundo, unas máquinas "insensibles a la belleza, a los sueños, a la poesía eterna que fluye del mundo, al misterio que nos espera detrás de cada objeto, incluso de un grano de arena" (p. 75).
A pasos gigantes el protagonista deja de ser un simple novato, para apersonarse de sus atributos y poner en evidencia que se le han dado dones gigantescos para una misión de igual tamaño. Las descripciones, emocionadas y originales, van atrapando al lector, que luego de unos cuantos acontecimientos se percata de la exacta mirada de Áddelos, quien en su joven inteligencia ya "imaginaba que como mínimo mil de las estrellas que existían ya se habían borrado" (p. 133).
Hubiera deseado leer este libro unos años atrás, pues considero que es de esas lecturas que marcan al lector que apenas empieza su camino. Reitero que me parece absolutamente increíble que un autor de 14 años haya podido construir tremendo universo de fantasía.
Espero verte pronto para charlar.
Mil gracias por dejarme conocer tu trabajo.
Joan Manuel Largo
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jueves, mayo 29, 2014
El escritor como productor de nuevas ideas en el subconsciente colectivo de Colombia
por Luis Fernando Gil Monsalve - Historiador
lufergil1987@gmail.com
lufergil1987@gmail.com
En Suramérica hay mucho por aprender, a diferencia de los europeos y de los norteamericanos, los escritores suramericanos (excepción Argentina) no suelen leerse entre ellos, pero muchos sí se atacan y se odian.
“Un libro debe hurgar en las heridas, provocarlas incluso. Un libro debe ser un peligro”
Emil Ciorán
¿Escribir libros para un pueblo que no lee? ¿Cuál es el papel del escritor en Colombia? ¿Para qué escribe alguien en Latinoamérica que no aspira ser leído por su pueblo?
Las últimas estadísticas publicadas por el DANE informan que cada colombiano lee en promedio por año 1.9 libros, es decir, no alcanza a completar un libro cada seis meses. Los canadienses leen más de 24 libros por año. Países como Holanda y Suecia encabezan los listados a nivel mundial, unos 36 libros por año.
¿Qué tenemos que aprender los colombianos de estos pueblos? Ayer en las redes sociales preguntaban que cómo querían que leyéramos sí cuesta menos una botella de ron que un libro. En algunos casos es cierto, pero la razón natural enseña que invertimos el dinero en lo que nos interesa, y priorizamos en las cosas que nos parecen importantes; se trata entonces, de pensar qué cosas son importantes para los países que tienen la estabilidad social, política y económica que anhelamos y emular sus decisiones.
Colombia está negociando con las FARC, en Cuba - por enésima vez -, un tratado que ponga fin a un conflicto que la ha desangrado por más de 50 años; sin embargo, es un país que pretende cambiar su pasado violento, pero sin cambiar las formas como comúnmente actúa ni su mentalidad. Así, un cambio real es imposible.
Refiriéndose a ésta clase de actitud en la vida, Einstein decía que la locura es hacer siempre lo mismo, esperando resultados diferentes. No obstante, entre el 30 al 50% de los tratados de paz son efectivos y duraderos. ¿Será que es importante invertir en libros que modifiquen la forma de resolver conflictos entre los colombianos?
Sabemos además que la mentalidad no se cambia de una generación a otra, se requieren más colectivos de escritores que afecten el inconsciente colectivo de la Nación.
Cada ser humano procesa por día unos 65 mil pensamientos. La mayoría de ellos son repetitivos y funcionan automáticamente. Por lo tanto, si la persona no lee a menudo sobre diferentes temas, sus actos serán casi siempre los mismos. Esperar otra cosa, es como pedirle peras al olmo. Por ejemplo, en la pasada Feria Internacional del Libro de Bogotá, donde Brasil fue el país invitado, los géneros más leídos fueron la novela y el género de superación personal. ¿Será por eso que algunos colombianos viven en el limbo?
En Suramérica hay mucho por aprender, a diferencia de los europeos y de los norteamericanos, los escritores suramericanos (excepción Argentina) no suelen leerse entre ellos, pero muchos sí se atacan y se odian; olvidando que al igual que la evolución se da en grupos, para que nuestra patria progrese debe haber un apoyo intelectual y cultural de conjunto. Sin embargo, en la segunda ciudad en importancia de Colombia, Medellín, se promociona cada año la “Fiesta del Libro y la Cultura”, por lo general en Septiembre, allí se reúnen miles de lectores con sus autores favoritos de todo el mundo, las editoriales más grandes de la región ofrecen libros con descuento y paulatinamente se hace el cambio.
Para finalizar, la literatura antioqueña es la más contestataria de América Latina, empezando por el trashumante poeta Porfirio Barba Jacob que se atrevió a ser diferente y recorrió Centroamérica, México y muchos lugares del país, conociendo otros puntos de vista distintos al propio. En su Canción de la vida profunda nos muestra que hay días para ser fértiles, sórdidos, plácidos, lúbricos, lúgubres y que finalmente hay un día para el cambio. La vida colectiva de un país también es cíclica, y al igual que la naturaleza que tiene sus estaciones, Colombia le da la bienvenida a una primavera permanente pues ya ha tenido suficientes otoños, veranos e inviernos.
___________________________
1. Luis Fernando Gil Monsalve. Ganador del Concurso Leamos la Ciencia para Todos, 2004-2006, del Fondo de Cultura Económica, Categoría Reseña Crítica. Cronista de EPICENTRO. Consejero de Cultura, Medellín-Colombia-Suramérica
2. DANE: Departamento Administrativo Nacional de Estadística. 2013.
http://www.eltiempo.com/vida-de-hoy/educacion/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-12760927.html
También en: (Universidad de Antioquia)
http://www.udea.edu.co/portal/page/portal/bActualidad/Principal_UdeA/UdeANoticias/Opinion/El%20escritor%20como%20productor%20de%20nuevas%20ideas%20en%20el%20subconsciente%20colectivo%20de%20Colombia
http://www.udea.edu.co/portal/page/portal/bActualidad/Principal_UdeA/UdeANoticias/Opinion/El%20escritor%20como%20productor%20de%20nuevas%20ideas%20en%20el%20subconsciente%20colectivo%20de%20Colombia
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viernes, mayo 23, 2014
Sobre La misa ha terminado, de Gustavo Álvarez Gardeazábal!
Que nadie vuelva a
creerse dueño de la verdad
"Tan sólo no
me acostumbro a la vulgaridad con que este mundo le manda a los perseguidos sus
zarpazos de perro ciego"
Fernando Molano, Vista
desde una acera
El primero de febrero a las ocho de
la noche en Cartagena de Indias, Gustavo Álvarez Gardeazábal hizo el
lanzamiento de su nueva novela La Misa ha terminado (Ite missa
est). Lo hizo de modo paralelo
al Hay Festival, un evento al que nunca ha sido invitado ya que, como el mismo
afirma: toda la vida ha sido un escritor vetado. Con todo ese acartonamiento y
esterilidad del Hay Festival, la presentación del libro de Gardeazábal hizo un
gran contraste: el escritor llegó desfilando con una papayera, hombres en zancos,
malabaristas, y hasta hombres que escupían fuego. Para muchos ésta es la
constatación de que el autor de la insuperable Cóndores no entierran
todos los días ha regresado a la literatura.
Antes del lanzamiento se pudieron
leer varias manifestaciones acerca del libro; algunas muy emotivas, otras
bastante preocupadas. Después de numerosos libros escritos por Gardeazábal,
donde se aborda desde la violencia partidista de los años cuarenta y cincuenta
del siglo XX, hasta el fenómeno paramilitar de las últimas décadas, la
oportunidad, esta vez, fue para la Iglesia Católica. Armado de su contundencia
de narrador, del desparpajo de su prosa pantagruélica, de su halo de iluminado
que lo acompaña desde que trabaja como periodista, el gran novelista vallecaucano
quiso retratar una historia de amor, poder y muerte, en los escenarios poco
concurridos de la cotidianidad de la jerarquía eclesiástica. Esta nueva novela,
que se publica con el sello editorial de la Universidad Autónoma
Latinoamericana de Medellín, en una muy cuidada y bella edición, nos recuerda
la fuerza casi demente de libros tan gratos como El Bazar de los
Idiotas y El Divino, en las que el autor hilvanaba unas
historias sorprendentes entrecruzando miradas, decires y posturas. Algunos
llamarían a esa magia narrativa Polifonía: el narrador de tercera
persona cede su voz al que dice yo, y hasta hay espacios para cartas y
epístolas, donde el autor defiende su entramado de ficción.
¿Ficción? Cómo hablar simplemente de
ficción frente a la obra de un autor que le enseñó a sus lectores a buscar
nombres propios y lugares reales en la urdimbre de su escritura. El país, sus
figuras y sus más importantes momentos han desfilado por las novelas de
Gardeazábal: Pepe Botellas, El titiritero, Comandante
Paraíso. Entonces delimitar esa línea odiosa que separa realidad y ficción
es una labor difícil y banal para la obra del escritor de Tuluá; él no ha
tenido que subir a la estratósfera y abstraerse de la historia del país y la
región para escribir sus libros, todo lo contrario: ha sido un observador agudo
y tenaz del aparatoso desarrollo de nuestra sociedad, y ha logrado retratar de
esa manera firmes y singulares explicaciones para el caos en que vivimos.
La Misa ha terminado empieza su
periplo con la descripción del personaje central, Martín Ramírez, que “Más
parecía un langaruto famélico de las tierras desérticas del África, que el hijo
de la robusta señora Urrea, quien cuando lo cogió entre sus brazos después del
parto, vaticinó su futuro: ‘este muchachito parece completado con orines’”.
Y desde ahí, desde la primera página, encontramos un lenguaje que caracteriza
la escritura del autor; una narración sin tapujos que revela los pensamientos,
resabiados y virtuosos, de los colombianos. Muchos preferirían un lenguaje adornado
y artificial, decires y diálogos de melodrama televisivo, recursos
prosaicamente rimbombantes al mejor estilo de Vargas Vila. Pero no, este
escritor -que según muchas señoras “no respeta a nada ni a nadie”- siempre ha
preferido llamar a las cosas por su nombre, escarbar en las vetas de la
sabiduría popular para retratarnos como lo que realmente somos.
Van apareciendo en seguida otros
personajes como Rogelio Briceño, un muchacho del campo que resulta viviendo en
la casa de su próspero tío en Tuluá para estudiar con los salesianos; Casimiro
Rangel, un aspirante a obispo, de carrera efervescente y una influencia
desbordante parapetada en sus dones y atributos entre sábanas; Antonio Viazzo,
un argentino austero y con principios inquebrantables que quiere librar a la
Iglesia del pecado contra natura así como Cristo sacó a los mercaderes del
templo, a latigazos. Y uno ante descripciones tan particulares, no puede
imaginarse de entrada que todos estos hombres terminen luego siendo las cabezas
de esa hidra olorosa a incienso que ha sido la Iglesia Católica, apostólica y
romana.
Junto a los desplazamientos y
transformaciones de estos personajes una voz, la del autor, acompaña al lector
en una revisión sesuda y generosa del culto católico. Pero no es un renegar
mezquino, como esperarían muchos, sino un retrato complejo y justo.
Reminiscencias de los tiempos donde el culto dominical era ineluctable, y
exigía toda su parafernalia de latín y ceremonias, de sotanas y misas donde el
sacerdote daba la espalda a los feligreses. Cuando había que comulgar y
confesarse para obtener la salvación, cuando la que imperaba era la moral del
pecado y “Había que amargarse para recibir el premio de la gloria eterna al
final de la vida”.
Martín Ramírez, sin muchas razones,
decide matricularse en el seminario de Palmira para hacerse sacerdote, desde
luego que no es la vocación ni su amor a Cristo el que lo conducen, más bien lo
acompaña una turbulenta pasión sexual. Rogelio se enamora de Martín, y es
impulsado por ese desaforado deseo que también termina metido en un seminario.
Casimiro escala rápidamente en la jerarquía de la Iglesia, pero no lo hace por
su fe y entrega a Dios, sino por las ansias de poder, valiéndose del placer que
les puede proporcionar a otros jerarcas católicos, siempre de más edad y más
altura en el poder. Acostándose con los obispos y cardenales que más le
convienen, este hombre se llena de poder, y cumple su sueño de llegar a ser
cardenal. Sin embargo, en los años finales de su vida se enamora de un estudiante
de medicina, que también apelará al placer sexual como herramienta para
sobresalir en la vida. Cómo se puede ver no es la vocación religiosa lo que
mueve a estos hombres, si no su desbordado apetito sexual. El opuesto a estos
ejemplos de la perdición, para los católicos observantes, es Antonio Viazzo,
que de modo paralelo a los
sacerdotes homosexuales emprende toda una campaña para extirpar de la iglesia
este nefasto vicio, o como dice el autor: acabar con toda la “mariconería”.
En su espectacular y efervescente
subida Casimiro logra traer al papa a la ciudad de Buga. Para esto se vale del
apoyo de Martín y Rogelio y otro personaje, El Demente: un alucinado que conoce
al dedillo los intríngulis de las tantas profecías sobre el final del mundo y
la perdición de la Iglesia. Después del éxito de la visita papal, Martín y
Rogelio son ordenados como curas, aun cuando les faltaba una parte de sus
estudios; desde entonces Martín Ramírez se desboca, y de orgía en orgía va a
lograr que su espectacular escalada se convierta en una tragedia. Martín y
Rogelio, van a morir de amor, enfermos pero rebosantes de afecto deciden
ponerle final a su existencia de un modo que
nadie pudiera imaginarse y que le costaría a la Iglesia uno de sus más terribles
(pero también mejor disimulados) escándalos. También el cardenal Casimiro se
verá obligado a abandonar sus ambiciones y goces, y aceptar, como sus
discípulos afeminados que “sólo la muerte purifica el pecado”.
Esta novela, esta nueva novela, ha
confirmado que uno de los mejores escritores colombianos, el único que pudo
sobrevivir a la sobreestimación y obnubilación que en su momento causó García
Márquez, sigue tan vigente como siempre. Que sus intentos de cambiar la vida
política del país, que para muchos críticos constituyeron su fracaso en el
mundo de las letras, no son tales. Gardeazábal fue alcalde de su ciudad dos
veces, cuando apenas se estrenó la elección popular de alcaldes, y así mismo
llegó a ser el gobernador del Valle del Cauca, región que conoce como ningún
otro; así pudo demostrar que conocía el arte del poder, que las críticas en sus
novelas no eran simples elucubraciones intelectuales, sino la fiel y
estructurada explicación de una realidad que para muchos sigue siendo
apabullante. Cómo demostró que haciendo política podía llevarse la imaginación
al poder, que era posible y conveniente y renovador el sueño de un novelista
dirigiendo a su país, las élites de este país lo atajaron y le cerraron el
paso. Por eso no es una frustración que este escritor haya sido perseguido y
azotado por la mezquindad de muchos en este país, que nunca lo aceptaron como
escritor -por no repetir los modos y mantener su propio estilo- y jamás
quisieron creer en su pericia para hacer política -porque era escritor-. No es
una frustración porque este libro nos revela, una vez más, su ingenio y su
fuerza.
La Misa de
Gardeazábal no es el libro para vender así como se venden los actuales
escritores del país, tampoco para hacer esos descoloridos eventos intelectuales
donde el esquematismo artrítico, de los que dicen que se lee y que no en este
país, se convierte en sinónimo del ego y el clientelismo. El de Gardeazábal es
el libro de un iconoclasta, de un crítico aguerrido que se ha empeñado en que
su literatura no sea una cuestión de frases, sino de actitudes. La Misa ha
terminado es el ejemplo divertido e inteligente de una lucha contra el
dogmatismo en todas sus manifestaciones. Una historia escrita para que nadie
vuelva a creerse dueño de la verdad.
Joan Manuel Largo, Historiador
Primera vez que publico en el blog un artículo o escrito no propio, sino de un amigo, ¿pero qué hago sí comparto todas sus palabras y mejor no lo puedo hacer?
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jueves, abril 10, 2014
ENCUESTA
Necesito de su ayuda, estoy haciendo una corta encuesta para decidirme cuál será mi primer libro publicado este año: una novela, un libro de cuentos o una antología de crónicas y relatos.
Sólo entras al blog y votas.
Quedan 39 días para mi cumpleaños, ese es el Plazo Máximo par hacerme el regalo.
GRACIAS!
http://luisfdogil.blogspot.com/
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lunes, abril 07, 2014
GEOGRAFÍA GENERAL
SALIDA DE CAMPO A RIO CLARO
LUIS FERNANDO GIL MONSALVE
C.C. XYZ
DOCENTE: MÓNICA ZULETA
“Veni, vidi, vici “ Julio César, año 47 a.C.
Tenía
muchas expectativas para esta salida de campo, ya que a diferencia de otras previas
del curso ésta era de dos días, incluyendo amanecida en la reserva Rio Claro,
del municipio de Puerto Triunfo, ubicado en la subregión del Magdalena Medio
antioqueño. Fue mi segunda visita a tal reserva. No obstante, la primera vez
hace unos 3 años, mientras pasaba un invierno existencial no fue de mi agrado,
aparte del hecho de que llovió apoteósicamente esa vez, y por tal razón,
adicionado al precio del hospedaje para particulares, en ese entonces, más bien
nos hospedamos kilómetros más allá.
Salimos
el jueves 27 de febrero de 2014 un poco tarde, ya que la cita fue a las 8 a.m.
hora colombiano, es decir, muy diferente a la inglesa o europea. Sin embargo,
viajamos alegres y expectantes por lo que significa reconocer el territorio,
apropiarse de la geografía, hacer salidas de campo e investigar la geografía,
aplicando los conocimientos del curso. La primera parada la hicimos en un sitio
cercano a la carretera para observar una roca gigante, desprendida de la montaña, que se rompía muy fácil al
tacto, a los golpes y tenía puntos negros y blancos en su composición. En total
fueron 180 kilómetros recorridos en unas 4 horas, lo bueno fue que hubo paradas
para hacer más cómodo el viaje.
Mientras
veíamos la roca me llamó la atención esta máquina simple para procesar el café.
En una zona que no es reconocida como gran productora de este grano en el país,
contrario al eje cafetero o al suroeste antioqueño.
En
la parada que hicimos para desayunar nos encontramos con toda una tradición
religiosa que envuelve al país, como son las vírgenes puestas en sitios
estratégicos de los paraderos como ésta que estaba al lado del baño de mujeres,
me imagino que es la Virgen del Carmen, protectora de los camioneros, pero no
sé por qué se me parece a María Auxiliadora. ¿Cuál de las dos será? Al fondo
del paradero hay un valle que se extiende lejos denotando vegetación
característica de tal geografía. Percibimos evidentemente que la temperatura
promedio en tal sitio ha aumentado como lo vimos en el curso, ya que hemos
bajado aproximadamente 1000 metros de altura. Muchos árboles y animales son
endémicos de la región.
Nos
han dicho que la alimentación de la reserva forestal ha cambiado favorablemente
en los últimos días. ¡Júzguenlo ustedes! El refugio de la reserva Rio Claro, un
kilómetro adentro, sumergido en las espesuras de esta selva, es una
construcción amigable con el medio ambiente que permite estar en una simbiosis
colectiva con el entorno que no he visto en otros sitios del país o del mundo.
Definitivamente recomendado para todo aquel que quiera tener una aventura
diferente en una selva virgen con muchos atractivos y quizás alejarse de la monotonía
de la ciudad.
A
pesar de que las últimas cifras de la ONU dicen que ya el 52% [1]de
la población mundial es urbana, Colombia se da el lujo de tener sitios con bosque
virgen y con una geografía característica única, propia del piso térmico que
visitamos y con una especie de humedad en el aire, que hacía difícil respirar a
veces, a unas compañeras del curso.
Su
nombre lo da el Río Claro, nacido en Argelia-Antioquia, municipio del oriente
antioqueño. Cuando llegamos estaba bajando muy crecido y poco transparente
debido a la intensa lluvia del día anterior. Este río es rico en carbonato de
calcio de origen marino que ascendió en el cretácico. Nos dimos cuenta que
muchas de estas bellas formaciones fueron hace milenios grandes cuevas formadas
por la corriente fluvial que con tanto correr perdieron su techo, dejando
mármol en la reserva en grandes cantidades, que varias multinacionales y
empresas colombianas explotan día a día. Razón tenía Heráclito cuando afirmó: “no
podemos bañarnos en el mismo rio porque siempre corren aguas nuevas”. En algún sentido presagió que varios
compañeros se quedaron antojados de bañarse en el río Claro o en el río de dormilón
de San Luis, que no iban a poder llevar a feliz término su deseo.
Cada
cual llevó el almuerzo de ese día, incluso unos compraron al desayuno su comida.
Almorzamos allí y nos asignaron las habitaciones con mucho cuidado, bajo la
supervisión de la profesora.
Esa
tarde presenciamos un hecho difícil de olvidar. Un camión del refugio nos
recogió a todos como en una especie de juego de rol, portando cascos amarillos
de esos que se usan para trabajar en construcciones.
Caminamos
por una preciosa quebrada entre exótica naturaleza casi que en fila india. Las
piedras del fondo brillaban e incluso unos pequeños peces se veían a diestra y
siniestra. Palmas de inigualable hermosura eran endémicas de esta región. Sus hojas
con colores verdes de todas las tonalidades se mecían a nuestro paso como
atentos a cualquier sonido. Una gran alegría nos embargaba, nos hacía sentir
realmente Uno con nuestro entorno. La geografía del hábitat que nos acogía
enviaba constantemente a nuestros cerebros información que procesábamos en un
estado de profunda comunión con la naturaleza. Absortos estábamos mientras nos
aproximábamos al gran cañón de caliza, calcio y mármol que abría sus fauces
como para engullirnos.
La
caverna “El Cóndor” nos miraba expectante. Dos guías, coterráneos de la zona,
nos dieron instrucciones claras y precisas para ingresar al sitio, como ir en
fila india, caminar despacio y tranquilos, portar en todo momento el caso y el
tapabocas -que olvidé- y enfáticamente no alumbrar con las linternas a los
guácharos que volaban sobre nuestras cabezas produciendo sonidos extraños como
de gato. Nos informaron que podían medir hasta el metro con sus alas estiradas
y que eran muy grandes y pesados. Endémicos de Suramérica son aves nocturnas
que tienen unos vellitos como los de los felinos en sus rostros, herramientas
precisas como las de los murciélagos para ubicarse con infrarojos en la oscuridad.
Fue
una experiencia única e inolvidable. Caminamos con cuidado siguiendo la
corriente unos 300-400 mts. al interior de la cueva. Persiguiendo paredes
lisas, otras con entradas y salidas pronunciadas y vadeando pozos profundos
cargados de agua y heces de los guácharos. Sobre nuestras cabezas unos ruidos
extraños nos protegían. Al llegar a un amplio vientre muy profundo en la tierra
hicimos el ejercicio de apagar todos las linternas, no comunicarnos con nadie
durante 5 minutos y tampoco tener contacto físico con los compañeros. Realmente
sentí que había bajado al averno y que lo peor era que me iba a quedar ahí una
eternidad. El tiempo del ejercicio se me
hizo eterno. Por momentos pensaba que estaba solo con esta multitud de animales
feroces y escandalosos sobre mi cabeza, que incluso afinaron y seguido,
aplacaron sus ronroneos en total oscuridad. Traté de calmarme imaginándome
lógicamente que ahí estaban sentados también mis compañeros de curso, los guías
y la profesora, pero al ver que nada que hablábamos ni prendían las luces, la
adrenalina me empezó a controlar. Me sentí poseído por la dama de los cabellos
ardientes, como lo hacía Porfirio Barba Jacob, relatado por Fernando Vallejo en
El Mensajero. Un miedo profundo al
encierro, a la claustrofobia me dominaba. No podía entender por qué mis
compañeros estaban tan juiciosos con el ejercicio y habían accedido a no
hablar, a no tocarse y a no encender sus linternas. Asustado y extrañado como estaba,
perdí la noción del tiempo y por unos segundos que parecieron eternos sentí que
estaba paranoico. Mi corazón bombeaba sangre rapidísimo y algunos comentarios
de los guías, cuando nos advirtieron del cuidado a tener me parecieron como
actuados, como premeditados, como sí todos hubieran ayudado a encerrarme, me
dio rabia y empecé a sudar frío y a temblar. El reloj seguía corriendo a una
velocidad prolongada. Sentía que al agua corría copiosamente a mis pies y
cientos de enormes monstruos aletiaban sobre mi cabeza, prontos a golpearme y a
atacarme. Estaba solo en las profundidades de la tierra y descubrí cómo sería
el infierno: sentirse así toda la eternidad, sin contacto con otra mente, con
otro ser; perdido en la locura de los propios pensamientos. Un espacio ancho
dentro de la cueva me recordó las lecturas de Julio Verne en Viaje al Centro del Planeta. Estaba
sentado sobre una roca, estiraba los pies, los ponía sobre el silicio, los
doblaba, hacía carrizo, los abrazaba con mis manos, y nada me hacía sentir
cómodo. Rompiendo el acuerdo inicial de no tocar a nadie bajé mi mano derecha
para comprobar sí estaba solo. Una compañera que no recuerdo gritó al sentir mi
mano pero yo reviví. Rápidamente un barullo humano, aparte del de los guácharos
se inició y algunas luces se encendieron. Respiré profundo y me alegré al
sentir que había nacido de nuevo. Ascendimos en fila india por la misma
garganta en que minutos antes nos sumergimos y fue espectacular ver imágenes
como las siguientes.
XXX
Llegamos
al refugio. Nos bañamos pues la contaminación de estos animales era mucha. Me
puse ropa limpia y seca y luego de cenar salí con un compañero a caminar por la
reserva. La profesora había acertado al decir en la mañana que iba a llover. A
pesar de correr mucho desde la autopista no logramos llegar a nuestros cuartos a
tiempo, pues escurríamos de pies a cabeza. El agua nos chorreaba por el rostro,
por las gafas, por el cabello, en fin.
Al
otro día visitamos San Luis. Nos levantamos para desayunar a las 7, aunque
todos no estuvimos listos así que desayunamos más tarde. Caminamos por un sendero
ecológico rodeado de exuberante y tropical belleza: fauna y flora única y
propia de este mágico lugar. Unas cuevas con estalactitas y estalagmitas
formadas hace miles de años nos deslumbraban.
xxx
Algunos turistas se
lanzaban al río.
Al
medio día nos preparamos para emigrar. Ya nos sentíamos como moradores de esas
tierras. Recorrimos el pueblo, e incluso bajamos a una bañadero que los
habitantes del pueblo quieren conservar como tal, pero el brillo del oro y el
progreso poco a poco acaba con el patrimonio ecológico de la Nación.
Hay
que volver. Solos o acompañados pero una aventura así debe repetirse. Gracias a
la profesora, a la Universidad de Antioquia y al Universo que nos proveyó de
tan magna experiencia.
Original que en San Luis aún
siembren hierbas aromáticas, verduras, al lado de flores en la Estación de
Policía.
Sorprendidos de ver las huellas
imborrables del conflicto y la violencia por más de 50 años en nuestro país.
Varias veces se ha tomado la
guerrilla este tranquilo y bello municipio del oriente antioqueño.
Iglesia del Municipio de San Luis.
Simpático que unas señoras evangélicas
o testigas de Jehová se usufructen de una venta callejera de obleas y empanadas
al lado de uno de sus mayores enemigos: las imágenes católicas, que están
repartidas por toda la geografía de nuestra América y del mundo entero.
Animales extraños que nos
acompañaban por todo el recorrido.
Cremas frías para refrescarse.
Al lado de la civilización, de la urbanidad, de la modernidad; conviviendo con el otro, la tradición, la vida del campo, el empuje, el espíritu paisa.
Los cultivos de pancoger, a metros
de la civilización.
“Todo es relativo”, dice el vulgo
y el sabio. En San Luis las hormigas tienen su microuniverso y nuestros
problemas las traen sin cuidado.
Varias generaciones se sobreponen
unas sobre otras. El ser humano busca su destino.
Allí en medio de la nada, en el
bosque insondable y misterioso, queda las huellas de la violencia en este
municipio de Antioquia. Cruces que se ubican en los sitios donde han matado
cristianos, como llamaba a los seres humanos mi abuelo.
La belleza, la naturaleza, lo
arcano, lo moderno, la fuerza del agua, etc.
Aquí se discute sí prima la
producción económica de electricidad para esta región o sí se prioriza en
conservar el Patrimonio, lo invaluable, lo espiritual para la gente de San
Luis.
Lo que el agua se llevó. Lo que
dejó. Lo que les pertenece como Patrimonio inmaterial a sus habitantes.
Todo fluye.
“Que tu alimento sea tu medicina y
tu medicina tu alimento” Hipócrates.
Casi me deja el camión por irme a
tomar estas últimas fotos.
Construcciones amigables con el
medio ambiente
Les presentó al minino Misifús
Rico,
típico y saludable desayuno.
xxx
Salvando
a Alberto.
[1] https://www.dropbox.com/sh/zgzduqomkcydl8l/n7ryR032g1/Documentos_WUF7/Cifras_Urbanas_Mundiales.pdf
Fecha de consulta: 31 de marzo de 2014
Etiquetas:
Geografía,
Mónica Zuleta,
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Puerto Triunfo,
Río Claro
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