El primer libro que publicaré será:

domingo, octubre 06, 2013

Reflexiones sobre el poder de un té

Soñaba que cantaba una canción que me gusta, pero como raro en el mundo onírico, en el instante exacto en que surcaba los límites entre realidad y fantasía me desperté cantando esa letra, para mi sorpresa la radio se había encendido y me había activado ciertas neuronas, tristemente no sé qué cantaba, lo que sí recuerdo es que me transmitía sentimientos de alegría. Adiós cualquier pensamiento importante o banal, son las 05:20 a.m. y me espera una jornada larga en la Universidad y en el trabajo hasta más allá de  la media noche del día de hoy.

La humanidad perdió el silencio sagrado y con él la reflexión y el pensamiento profundo que los sabios del pasado cuidaron con recelo. No nos debe sorprender que los padres de la Biblia hayan dado a los hombres un día sagrado para no hacer más que pensar en el Ser y en sí mismo. Pareciera que ya no nos importa y nos trae sin cuidado.

Rápidamente introduzco mi cuerpo desnudo en el chorro revitalizador que me despierta y alerta mi corporeidad. Salgo del baño con urgencia y mientras tanto pongo a calentar la cafetera para prepararme un té, pienso que necesitaré energía extra en el día, pues desde hace muchos años, cuando estaba mucho más joven- seguramente iniciando mi anhelada adultez-, no tenía clases a las 6 de la mañana. Seguramente afuera había bellos pajaritos cantando dulces y melodiosas tonadas, quizás el cielo se mostraba inquieto y adormecido, con algodones azulosos, rojizos y vibrantes morados. Sí me preguntas: ¡no sé, no me enteré... iba de afán!

Quizás en algunas ocasiones sea mejor tener una fe ciega en creencias abstractas que un conocimiento basto sobre química. Me tomé esa dosis de cafeína que alimenta mi cuerpo(sí afectar el sistema nervioso es nutritivo) con la mayor premura, incluso al agua caliente le eché fría de la llave para poder acabar rápido, recargarme e irme para la Universidad. En el camino, divagando en mis pensamientos me alarmé. ¿Cómo es posible que haya alimentado sólo mi cuerpo, sin tener en cuenta darle vida a mi espíritu?


Un té le da a tu cuerpo antioxidantes para combatir el cáncer y el envejecimiento celular, da energía a través de la cafeína inyectada en tu organismo, le da estado de alerta y acelera tu metabolismo para que quemes más grasa dañina del mismo. Cuando lo tomas en tus manos, te enarbola el cálido beso que transmite el recipiente portador del mismo... te acaricia la piel... sólo hace falta un sorbo para que te estremezca tu cuello y excite la lengua, no queriendo parar nunca de beberlo... Alimenta tu espíritu, pues detiene en un instante el divagar mental que mantenemos y te asienta en el presente, definitivamente te hace sonreír... une tu forma con el ser en sí, donde no hay formas ni separación, te aliena con tu existir. No obstante, he ahí el problema, somos ilusos tratando de alimentar solamente el cuerpo cuando éste y el espíritu están íntimamente ligados: ¿cómo separar el derecho y el revés?... pero sí son distintos en esencia, tan irreconciliables, pero tan inseparables...



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