Aquellos libros que yacen inertes en mi biblioteca son mis amigos,
Me encanta oler su esencia tras cada hoja;
Cada uno me cuenta cosas que piensan y exacerba sus sentidos:
Como a un amigo querido hay que aprender a entenderlos
No sólo por lo que dicen, sino por lo que se lee entre líneas:
“Tus actos hablan tan fuerte que no me dejan escuchar lo que dices”.
Hay unos que persuaden hacia un cambio de religión,
Otros que entre humedad y amarillez pretenden...
(¿Cómo continuarías este escrito?)
(¿Cómo continuarías este escrito?)
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